El miedo es una emoción básica (por lo tanto no es un trastorno) que sirve para la adaptación y supervivencia de la especie, es decir, el miedo nos protege de los peligros inminentes. Hay miedos normales en la infancia, que se van nutriendo de experiencia y que en ocasiones se pueden transformar en fobia. No tenemos porque haber vivido una situación de miedo o pánico para hacer «nuestra» una fobia, esta es un temor fuerte e irracional de algo que representa poco o ningún peligro real.

En general los síntomas físicos de las fobias suelen ser sudoración, respiración anormal, aceleración del latido del corazón, temblores, escalofríos, dolor en el pecho, sequedad de boca, mareos, dolor de cabeza, etc.

Las fobias se clasifican dentro de los trastornos relacionados con la ansiedad, por ello los síntomas son muy parecidos a los que percibimos cuando tenemos ansiedad. Hay muchos tipos de fobias, algunas de las más comunes son:

  • Aerofobia
  • Claustrofobia
  • Agorafobia
  • Aracnofobia
  • Hematofobia
  • Acrofobia
  • Cinofobia
  • Herpetofobia